Día de Muertos y La Tanatología: Celebrar la Vida Honrando la Muerte

Por el Doctor Pascal

En muchas culturas del mundo, la muerte es un tema que se evita. Se le teme, se le calla, se le esconde tras eufemismos o silencios incómodos. Sin embargo, en México, la muerte se viste de flor de cempasúchil, de papel picado, de pan de muerto y de veladoras encendidas. Cada 1 y 2 de noviembre, millones de personas honran a sus seres queridos fallecidos no con llanto, sino con colores, comida, música y recuerdos vivos. Esta celebración no solo es una de las tradiciones más emblemáticas del país, sino también una de las más sanadoras.

Desde la mirada de la tanatología —la disciplina que estudia la muerte, el morir y el proceso del duelo—, el Día de Muertos representa mucho más que una festividad cultural. Es un ritual profundamente terapéutico que permite resignificar la pérdida, mantener el vínculo con quienes ya no están y, sobre todo, reconciliarnos con nuestra propia mortalidad.




¿Qué es la tanatología? 

La tanatología es una disciplina que estudia el fenómeno de la muerte en todas sus dimensiones: biológica, emocional, espiritual, social y cultural. Pero más allá de definiciones académicas, la tanatología se enfoca en acompañar el proceso del morir y del duelo, ayudando a las personas a transitar la pérdida de manera compasiva y consciente.

Nacida en el ámbito médico y psicológico, la tanatología ha evolucionado para incluir también aspectos filosóficos y espirituales. Su objetivo no es evitar el dolor, sino darle un espacio, un sentido y una expresión saludable.

En palabras sencillas, la tanatología nos ayuda a reconciliarnos con la idea de la muerte y a vivir el duelo como parte natural de la existencia. En este sentido, guarda una profunda conexión con las tradiciones que, como el Día de Muertos, nos invitan a mirar la muerte no con miedo, sino con amor y respeto.




El Día de Muertos como ritual tanatológico

Aunque suele entenderse como una tradición cultural o religiosa, el Día de Muertos también puede verse como un ritual tanatológico espontáneo, que brinda consuelo y continuidad a quienes han perdido a un ser querido. En México, esta celebración funciona como un puente simbólico entre el mundo de los vivos y el de los muertos, un espacio donde el recuerdo, la emoción y el amor no solo se permiten, sino que se honran.

Los altares de muertos, por ejemplo, no son simples ofrendas decorativas: son escenarios cargados de significado y cada elemento tiene un propósito terapéutico.

Desde la tanatología, estos actos simbólicos permiten expresar el duelo, darle un lugar visible y aceptado dentro de la comunidad. Ayudan a que el recuerdo no duela desde la ausencia, sino que reconforte desde la presencia emocional. En lugar de negar la pérdida, se abraza con respeto y cariño.

Este ritual colectivo también enseña algo muy valioso: la muerte no significa olvido, y el vínculo afectivo no termina con la vida biológica. Es una forma de recordar que amar también es saber soltar, sin dejar de llevar al otro en el corazón.




Beneficios emocionales y psicológicos del Día de Muertos

Más allá de su belleza estética, el Día de Muertos cumple una función profunda en el bienestar emocional de quienes lo celebran. Desde la mirada tanatológica, este tipo de rituales permiten canalizar el dolor, procesar el duelo y generar un espacio seguro para expresar sentimientos que muchas veces se reprimen.

Algunos de los beneficios más destacados incluyen:

-Validación emocional.

-Expresión simbólica del duelo.

-Continuidad del vínculo afectivo.

-Sentido de comunidad y pertenencia.

-Reconciliación con la muerte.

Desde esta perspectiva, el Día de Muertos no es solo una costumbre cultural, sino un espacio terapéutico de sanación, un momento del año donde el corazón encuentra consuelo en la memoria y el alma puede descansar un poco más en paz.




Tanatología y tradición: un puente entre ciencia y cultura

A primera vista, la tanatología y el Día de Muertos podrían parecer mundos distintos: uno con raíces científicas y académicas, el otro lleno de simbolismo, historia y espiritualidad popular. Sin embargo, cuando los miramos con atención, descubrimos que ambos comparten un objetivo común: ayudarnos a comprender, aceptar y transitar la muerte de forma más humana.

La tanatología nos brinda herramientas psicológicas y emocionales para enfrentar el duelo; el Día de Muertos nos ofrece un ritual colectivo lleno de significados que cumple esa misma función. Uno trabaja desde el conocimiento y la escucha; el otro, desde el símbolo y el recuerdo. Juntos, forman un puente poderoso entre razón y emoción, entre ciencia y tradición.

Integrar estos dos enfoques no solo es posible, sino enriquecedor. Por ejemplo:

-Un tanatólogo puede recomendar crear un altar como parte del proceso terapéutico.

-Una familia puede utilizar la celebración como momento para hablar con los niños sobre la muerte de un abuelo o un ser querido, de forma amorosa y natural.

-Los rituales tradicionales pueden adaptarse en hospitales, escuelas o centros comunitarios para generar espacios de expresión emocional.

En lugar de ver a la muerte como enemiga, esta integración nos invita a verla como maestra y guía, como parte inevitable —y significativa— de la experiencia humana.



Calavera para el Doctor Pascal

La huesuda fue a consulta

con el Doctor Pascal,


traía fiebre y mucha tos,

¡ya no se sentía normal!

 

El doctor la examinó

con su lupa profesional,

y entre risas le recetó:

"¡Descansa en tu funeral!"


La flaca, muy ofendida,

juró venganza letal…

pero al ver su gran estilo,

¡lo dejó en su hospital!



Reflexión del Doctor Pascal

Una mirada amorosa a la muerte

Hablar de la muerte con respeto, profundidad y humanidad no es fácil, pero es necesario. El Día de Muertos y la tanatología nos muestran que sí es posible hacerlo desde un lugar de amor, conexión y sanación. Ambas perspectivas —una nacida de la tradición, la otra del conocimiento— nos enseñan que el duelo no tiene por qué vivirse en silencio, ni en soledad.

Cada altar, cada vela encendida, cada flor colocada con intención es un acto de ternura frente a lo inevitable. Honrar a quienes ya no están no es aferrarse al pasado, sino agradecer por lo vivido y permitir que su memoria siga nutriendo nuestra vida.

Desde la tanatología aprendemos que el dolor se transforma cuando se le da un sentido. Y desde nuestras raíces culturales comprendemos que la muerte no rompe el amor, solo lo cambia de forma.

Así, al celebrar el Día de Muertos, no solo recordamos a los que se fueron: nos recordamos a nosotros mismos que seguir vivos también es un acto sagrado.



 




¿Qué efecto tiene para la salud ver películas de terror?

Por el Doctor Pascal

Algunas personas las aman, otras no las soportan, pero lo cierto es que ver películas de terror tiene efectos reales en nuestro cuerpo y mente. ¿Son buenas o malas para la salud? Aquí te lo contamos.



¿Qué sucede en nuestro cuerpo cuando vemos una película de terror?

-Cuando vemos una escena espeluznante, el cerebro reacciona como si el peligro fuera real:

-Se activa la amígdala cerebral, que es la zona encargada de las emociones, especialmente el miedo.

-Liberamos adrenalina, lo que acelera el ritmo cardíaco y la respiración.

-Aumenta el cortisol, la hormona del estrés.

Esta respuesta es conocida como “respuesta de lucha o huida”, ¡aunque estés solo sentado en tu sofá!

 



Beneficios potenciales para la salud

Aunque parezca contradictorio, ver películas de terror puede tener efectos positivos:

-Mejora la tolerancia al estrés: Al simular situaciones amenazantes en un ambiente seguro, entrenamos a nuestro cuerpo a controlar mejor el miedo.

-Libera endorfinas y dopamina: Algunas personas experimentan placer después del susto, como una “montaña rusa emocional”.

-Puede aumentar la quema de calorías: Estudios han demostrado que ver películas de terror puede elevar la frecuencia cardíaca al nivel de un ejercicio ligero.

-Fomenta la unión social: Ver terror acompañado puede reforzar lazos afectivos, especialmente si compartimos el miedo.




Posibles efectos negativos

No todo es positivo. Algunas personas pueden experimentar:

-Pesadillas o insomnio

-Aumento del estrés o ansiedad, especialmente si ya son propensas.

-Efectos psicológicos negativos en niños y adolescentes, como miedo excesivo a la oscuridad o a estar solos.

 



¿A quiénes les conviene evitarlas?

-Personas con trastornos de ansiedad, fobias o ataques de pánico.

-Niños pequeños o personas muy sugestionables.

-Personas que sufren de trastornos del sueño o estrés postraumático.




¿Qué tan bien manejas el terror?

Contesta este breve test y descubre si ver películas de terror te puede hacer bien… ¡o si es mejor que te quedes con comedias románticas!


1. Cuando ves una escena muy espeluznante en una película…

A) Me tapo los ojos o cambio de canal.

B) Me asusto pero sigo viendo.

C) ¡Me encanta! Me emociono más.

 

2. Después de ver una película de terror por la noche…

A) Me cuesta dormir, me siento inquieto.

B) Me toma un rato, pero logro dormir.

C) Duermo como un tronco, sin problema.

 

3. ¿Con qué frecuencia ves películas de terror?

A) Casi nunca, no me gustan.

B) Algunas veces, si estoy acompañado/a.

C) ¡Siempre que puedo!

 

4. ¿Cómo reacciona tu cuerpo durante una escena tensa?

A) Me sudan las manos y el corazón se me acelera demasiado.

B) Siento algo de tensión, pero lo disfruto.

C) Me siento con adrenalina, ¡me encanta la sensación!

 

5. ¿Cómo te sientes después de ver una película de miedo?

A) Cansado/a o ansioso/a.

B) Un poco alterado/a, pero bien.

C) Emocionado/a y con más energía.




Resultados:

Mayoría A:

El miedo no es lo tuyo.

Tu cuerpo reacciona con mucho estrés, así que lo mejor es evitar el terror. Mejor una buena comedia o drama tranquilo.

Mayoría B:

Equilibrado.

Tienes una buena tolerancia al miedo. Disfrutas del terror de vez en cuando, sin que te afecte demasiado.

Mayoría C:

Amante del miedo.

El terror te estimula y te hace sentir vivo/a. ¡Ver películas de miedo podría tener beneficios para ti!




El consejo del Doctor Pascal:

“Ver películas de terror puede ser divertido y hasta saludable para algunas personas, pero como todo en la vida, con moderación y según tu personalidad. Si te sientes mal después de ver una, ¡mejor busca una comedia!”






La mente humana: el universo más complejo que conocemos

Por el Doctor Pascal

¿Qué es más misterioso que las profundidades del océano o las galaxias lejanas? La respuesta está mucho más cerca de lo que imaginas: dentro de tu propia cabeza. La mente humana es uno de los fenómenos más fascinantes del universo, y aunque la ciencia ha logrado grandes avances, aún guarda secretos que siguen desconcertando a neurocientíficos, psicólogos y filósofos por igual.




¿Qué entendemos por “mente”?

La mente no es un órgano físico como el corazón o el hígado. Es un conjunto de funciones cognitivas que incluyen el pensamiento, la memoria, la imaginación, las emociones y la conciencia. Aunque su base biológica está en el cerebro, la mente es mucho más que materia gris: es la experiencia subjetiva que nos hace humanos.




Un laboratorio en constante actividad

Imagina una ciudad que nunca duerme: millones de neuronas enviando señales eléctricas, formando conexiones, almacenando recuerdos y generando pensamientos a una velocidad impresionante. Eso es tu cerebro. Cada emoción, cada decisión y cada sueño nace de esa actividad silenciosa y compleja.




Conciencia, emociones y memoria

Conciencia: Es la capacidad de darnos cuenta de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Gracias a ella, podemos reflexionar, anticipar y aprender.




Emociones: Nos permiten conectar con otros, tomar decisiones y adaptarnos al entorno. No son irracionales: son fundamentales para nuestra supervivencia.




Memoria: Es el almacén de nuestra vida. Nos permite construir una identidad y aprender del pasado.




¿Por qué aún no entendemos completamente la mente?

A pesar de los avances en neurociencia, aún no podemos explicar cómo una serie de impulsos eléctricos se convierte en una experiencia consciente. ¿Cómo el cerebro genera pensamientos? ¿Qué es exactamente un “yo”? Estas preguntas siguen abiertas.




Cuidar la mente es cuidar la vida

Así como vamos al médico cuando sentimos un dolor físico, también debemos atender nuestra salud mental. Dormir bien, alimentarnos correctamente, mantener relaciones sanas y practicar la meditación o el ejercicio son claves para mantener una mente fuerte y equilibrada.




Consejo del Doctor Pascal:

"La mente es como un jardín: lo que siembras con tus pensamientos, lo cosechas en tus acciones."





Impresión 3D de córneas: una revolución para devolver la vista

Por el Doctor Pascal

Millones de personas en el mundo sufren de ceguera corneal, una condición que, en muchos casos, solo puede corregirse con un trasplante de córnea. Sin embargo, la escasez de donantes ha sido siempre una gran limitación... hasta ahora. Gracias a la bioimpresión 3D, la medicina está más cerca que nunca de crear córneas humanas en laboratorio para devolver la vista a quienes más lo necesitan.



¿Qué es la impresión 3D de córneas?

La impresión 3D de órganos y tejidos es una técnica avanzada que utiliza impresoras especiales para “fabricar” estructuras vivas. En el caso de las córneas, los científicos usan un tipo especial de “tinta” biológica, llamada biotinta, compuesta por células madre y colágeno, que imita perfectamente la estructura natural de la córnea.




¿Cómo se crea una córnea en 3D?

Primero, se recolectan células madre extraídas de córneas humanas donadas. Luego, estas células se mezclan con colágeno y otros materiales biocompatibles para crear una biotinta. Esta mezcla se coloca en una impresora 3D especializada, que va creando capa por capa la forma exacta de una córnea humana.

Además, al usar datos personalizados, es posible imprimir córneas adaptadas a cada paciente, algo que mejora mucho el resultado final.




Ventajas frente al trasplante tradicional

-Menor riesgo de rechazo: al usar células del propio paciente en el futuro.

-Mayor disponibilidad: se podría eliminar la lista de espera para donantes.

-Resultados personalizados: cada córnea se adapta al ojo del paciente.




¿Qué avances se han logrado?

En 2018, un equipo de científicos de la Universidad de Newcastle, en Reino Unido, imprimió con éxito una córnea utilizando células madre humanas. Fue una de las primeras pruebas de que esta tecnología es viable. Desde entonces, otros centros de investigación en EE.UU., India, Corea del Sur y China han estado desarrollando sus propios modelos, con resultados prometedores en estudios de laboratorio.



Retos que aún quedan

-Aunque los avances son impresionantes, todavía hay desafíos que superar:

-Asegurar que la córnea impresa sea completamente transparente.

-Mantener la viabilidad y función celular a largo plazo.

-Realizar ensayos clínicos seguros en humanos.

-Obtener la aprobación de organismos internacionales de salud.




¿Qué nos depara el futuro?

La esperanza es que en los próximos 5 a 10 años se puedan realizar los primeros trasplantes en humanos con córneas impresas en 3D. Esta tecnología podría cambiar la vida de más de 10 millones de personas que esperan una donación para volver a ver.



Conclusión del Doctor Pascal

La impresión 3D de córneas es un gran ejemplo de cómo la ciencia y la tecnología se unen para ofrecer soluciones humanas y compasivas. Aunque aún queda camino por recorrer, cada avance nos acerca a un mundo donde la ceguera corneal podría ser cosa del pasado.







Los 5 hábitos diarios que mejoran tu salud mental

Por el Doctor Pascal

En un mundo donde el estrés, la ansiedad y el agotamiento mental se han vuelto parte del día a día, cuidar de nuestra salud mental ya no es un lujo: es una necesidad. Sin embargo, muchos de los consejos que vemos suelen ser poco prácticos o difíciles de mantener a largo plazo.

Por eso, hoy quiero compartirte cinco hábitos simples, gratuitos y respaldados por la ciencia que pueden ayudarte a mejorar tu bienestar emocional... y que casi nadie practica con constancia.




1. Respiración consciente (5 minutos al día)

Respirar parece algo automático —y lo es—, pero cuando lo hacemos de forma consciente, tiene un efecto directo sobre nuestro sistema nervioso. Dedicar solo 5 minutos al día a respirar lenta y profundamente puede reducir el estrés, mejorar la concentración y ayudarte a manejar mejor tus emociones.

¿Cómo hacerlo? Siéntate en silencio, inhala contando hasta 4, mantén el aire 2 segundos y exhala contando hasta 6. Repite.




2. Conectar con la naturaleza

No necesitas ir al bosque para beneficiarte de este hábito. Caminar en un parque, cuidar plantas o simplemente sentarte al sol por unos minutos puede reducir la presión arterial y los niveles de cortisol (la hormona del estrés).

Consejo: Intenta pasar al menos 15 minutos al aire libre cada día, sin el celular.





3. Escribir lo que agradeces

La gratitud es una de las prácticas más poderosas para cambiar el enfoque de la mente. Escribir 3 cosas por las que estás agradecido cada noche antes de dormir puede mejorar tu calidad de sueño y aumentar tu bienestar emocional.

Ejemplo: “Hoy agradezco haber compartido una comida en paz, haber recibido una sonrisa y haberme sentido útil.”



4. Menos noticias, más silencio

Estar constantemente expuestos a malas noticias y redes sociales puede generar ansiedad y fatiga mental. Filtrar lo que consumes y crear espacios de silencio mental ayuda a tener más claridad, creatividad y paz.

Reto personal: Prueba un “día sin noticias” o sin redes sociales una vez por semana. Notarás la diferencia.



5. Dormir bien no es negociable

Dormir entre 7 y 9 horas por noche es fundamental para que el cerebro se recupere, procese emociones y regule el estado de ánimo. Aun así, muchas personas lo sacrifican sin saber el daño que se están haciendo.

-Tips rápidos para mejorar tu sueño:

-Evita pantallas 1 hora antes de dormir.

-Cena ligero.

-Usa la cama solo para dormir, no para trabajar o ver TV.




Conclusión del Doctor Pascal

No necesitas cambiar toda tu vida para sentirte mejor. Empieza por incorporar uno solo de estos hábitos cada semana, y observa cómo tu mente comienza a sentirse más clara, tranquila y fuerte.